Opinión

LAS ENCUESTAS: ENTRE ALEGRÍA Y TRISTEZA

Por: Jesús -Belén- de la Cruz

Director

“Lo que te gustó de mi ahora te provoca llantos… unas van de cal y otras son de arena… una cosa en con guitarra y la otra con violín… ya la pava no pone donde ponía”. Todos estos refranes han cobrado fama en estos días por motivos de los cambios bruscos que han experimentado todas las encuestas en torno a la percepción electoral.

Pasando revista al proceso de las encuestas que se han realizado en el país durante los últimos meses, sobre todo de enero a mayo, diversos cambios se han dado a favor y en contra de los colectivos políticos nacionales. Un terrible vaivén de hamacas es lo que se ha venido produciendo en los resultados presentados por las firmas encuestadoras.

En el mes de enero la firma Mark Penn dio la clarinada de salida para la justa electoral que se habría de producir el domingo 17 de mayo. Siendo las encuestas, como el cine, el producto de la secuencia fotográfica de momentos determinados, es lógico que los distintos escenarios que viva la sociedad sean los que reflejen el producto final que se ha de presenciar en cada resultado de medición.

Resulta y viene a ser, que, cuando un candidato presidencial tiene vínculos umbilicales con el gobierno de turno, las “verdes” y las “maduras” siempre se le cargan a la cuenta del mismo consumidor, por lo que es fácil entender que, si el gobierno de Danilo Medina anda por malos pasos, entonces Gonzalo Castillo deba coger su “strike” o batear de “foul”.

Pero como “lo que es igual no es ventaja”, cuando acontece lo contrario, siendo el caso, con un gobierno que sobrepasa el 60% de aprobación en su gestión, exhibiendo un desempeño excelente ante la crisis provocada por el Covid-19; además, de la propia labor altruista y solidaria del candidato presidencial Gonzalo Castillo, que indiscutiblemente se ha ganado la aceptación de diversos sectores sociales de la vida nacional; entonces, aquí le ha correspondido las “maduras”.

En realidad, Gonzalo ha cogido su lucha, como se dice en el argot popular. Habiendo sido enfrentado despiadadamente por algunos connotados dirigentes de su colectivo político, durante y después de las primarias del 6 de octubre, proceso tormentoso que lo hizo salir a ritmo de un vehículo de gasoil: lento y con algunas dificultades de combustión.

No bien se había puesto el sol con el crepúsculo de la tarde, cuando, de repente llegó la noche oscura con la suspensión de las elecciones municipales de febrero, las que, por un fallo del sistema electrónico fueron malogradas. Luis Abinader y Leonel Fernández propusieron a la JCE parar el proceso total; sin embargo, hábilmente, acusaron al partido de gobierno de ser los responsables de esta asonada electoral con fines continuistas.

Un proceso para la historia. Como el ladrón que llega en la noche, a todos nos sorprendió el contagioso y letal Coronavirus, incluso, en medio de las fracasadas elecciones de febrero. En ese momento, recordamos como ahora, la diputada Josefa Castillo, del PRM, dijo que el Coronavirus era “una estrategia del gobierno para sacar el tema electoral”. Pero, pese a esas palabras acusatorias e infundadas, la pandemia demostró ser una triste realidad para el país.

No es como empieces sino como termines. Una vez entrada la epidemia, el candidato oficial del PLD, Gonzalo Castillo, echó manos a la obra y salió a trabajar a favor de personas que le habían solicitado. Donativos en efectivo, cientos de miles de pruebas rápidas, kits preventivos anti-Covid-19, traer al país a cientos de dominicanos varados en diferentes partes del mundo, ir en auxilio de los microempresarios; en definitiva, el hombre no ha salido de la calle resolviendo problemas.

Del otro lado, presenciamos la comodidad triunfalista del jeque libanés. Como al parecer, para el PRM el Coronavirus era solo una estrategia política gubernamental, ante estos momentos difíciles para el pueblo dominicano, Luis Abinader sonreía disfrutando los resultados de las encuestas que le daban ganador de las elecciones, con su traje hecho, tomó la decisión de quedarse sentado en la sala de su casa viendo películas dramáticas y de vez en cuando ayudando a su esposa Raquel con los quehaceres del hogar, según sus propias palabras.

Todos sabemos que las personas se definen por sus acciones, no por sus palabras. Esta es la razón por la cual las aguas han venido a tomar su cauce normal y verdadero. Luis Abinader descendiendo en caída libre y Gonzalo Castillo subiendo sin techo.

Producto de esta realidad, que ha definido dos comportamientos sociales, la ciudadanía ha podido confirmar cuál es el verdadero ser humano que hay detrás de cada candidato a la presidencia de la República.

Los últimos resultados de la firma encuestadora Mark Penn han creado pánico y alegría en el ámbito político nacional. Ahora, aquellos que andaban con esa encuesta debajo del brazo difundiendo su triunfo arrollador; de repente, como por arte de magia, ya no creen en esa empresa y hasta la acusan de realizar encuestas a la medida. Muy simple, el problema es que ahora, en este momento, esa medida que alegan, no es favorable a sus intereses políticos.

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