Farándula y más

wendy carrasco la mujeres somos “súper heroínas”

Hace tiempo que estoy sintiendo cierta preocupación por los “roles” muy diversos que juega la mujer moderna , y es que en ocasiones me he preguntado si realmente soy una mujer o una máquina. Me detengo, pongo un “stop” al día a día, respiro bien profundo y me reinicio.

Es como si desde pequeña se nos introdujera un chip o “memoria” que guarda miles de comandos, habilidades, actitudes, condiciones, competencias o como se le quiera llamar a las miles de tareas que una mujer en su vida útil y no tan “útil” realiza de manera constante e inconsciente.

No quiero buscar un responsable del por qué nos sucede esto a las mujeres, más bien quisiera una respuesta.

O tal vez solo a mi me ha sucedido, pero no lo creo, porque es el grito que escucho de mis amigas, compañeras de trabajo, familiares, tías, primas, en fin, escucho un solo grito… ¡Ya no puedo más!

No puedo más con la casa. No puedo màs con los hijos. No puedo más con el trabajo. No puedo más con los compromisos, entre otros aspectos, que si bien es cierto, le dan color a la vida cuando se tiene un balance, pero de lo contrario se pudiera colapsar.

En fin, la mujer vive cargada de compromisos y situaciones que muchas veces se salen de sus manos, pero qué estamos haciendo como sociedad para ayudar a las féminas en situaciones vulnerables cuando se nos ha vendido que somos “súper heroínas”.

La realidad es que la mujer es un vaso frágil, y aunque pareciera que no nos desgastamos, la verdad es que nuestra esencia no es la de ser una “máquina imparable”, sino que, como dice la palabra de Dios en el libro de Génesis, somos una ayuda idónea. ¿Ayuda? Sí, porque hay o debe haber quien empuje también e inicie una acción, primero.

Se ha querido confundir el rol o roles de una mujer, que en su esencia tiene mucho que ver con lo que es la maternidad, la fragilidad, la ternura y otras muchas características propias del género, y esta realidad poco a mucho ha quitado compromisos y responsabilidades a los hombres.

Abogo por que la mujer de hoy se profesionalice y supere, pero también porque haya un balance o equilibrio para que esta pueda crecer y alcanzar sus metas de una manera más saludable, física y emocionalmente, sin que se pierda su esencia entre el cansancio, la frustración y el estrés.

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