Salud

Rastreadores y test a sintomáticos, la clave de desescalada ante pandemia

La clave de la desescalada de las medidas para combatir la pandemia y la reapertura económica es hacer pruebas diagnósticas a “al menos a todos los que tengan síntomas” de COVID-19 y contratar un ejército de rastreadores de contactos para evitar el repunte en los contagios, según los expertos.

“Los test diagnósticos, al menos a todos los que tengan síntomas, son esenciales, porque si no sabemos dónde está la enfermedad no podemos actuar para contenerla”, explicó en videconferencia Emily Gurley, científica del Centro Johns Hopkins de Salud Global.

Todos los estados de Estados Unidos, donde ya se han confirmado más de un millón de contagios y 63.000 muertes, están trabajando además en contratar un ejército de rastreadores de contactos para poner en marcha medidas de contención y de limitación de la movilidad a cada nuevo infectado y su entorno cercano.

Los rastreadores de contactos son personal que, a partir de alguien que ha dado positivo para el coronavirus, se dedica a llamar a todas las personas que han estado en contacto y a menos de dos metros de ese paciente (familiares, amigos, colegas) para seguir la pista a otros posibles contagios, incluidos los asintomáticos.

Según la Asociación Nacional de Funcionarios de Sanidad de Condados y Ciudades (NACCHO, por sus siglas en inglés), en una epidemia como la actual son necesarios 30 rastreadores de contactos por cada 100.000 habitantes.

Una investigación de la emisora de radio NPR indicó que en EE.UU., solo tres estados y el Distrito de Columbia han alcanzado o van a alcanzar en breve la ratio mencionada de rastreadores, aunque varios gobernadores han anunciado su intención de aumentar la plantilla de rastreadores de contacto a tiempo completo.

El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, anunció este miércoles que su estado, el más afectado por el virus SARS-Cov-2, con más de 309.000 casos confirmados y 23.600 fallecidos, entrenará a entre 6.400 y 17.000 rastreadores de contactos.

“Se deben rastrear contactos de cada uno de los casos positivos y explicar bien qué medidas se han de adoptar a los afectados”, explica Crystal Watson, experta de seguridad sanitaria de la escuela Bloomberg de Salud Pública.

Massachusetts fue uno de los estados pioneros en Estados Unidos en optar por personas y no aplicaciones informáticas basadas en sistemas de geolocalización u otros métodos para asegurarse de que las autoridades pueden controlar los focos de contagio.

Este jueves, el gobernador de Massachusetts, Charlie Baker, anunció que han rastreado hasta la fecha a 5.000 infectados o personas que han estado en contacto cercano con un enfermo con una plantilla de un millar de rastreadores de contactos.

“Rastreamos a muchos para entender la trayectoria de la pandemia, pero las vidas perdidas es un número que sigue sin conformarnos”, explicó Baker en una rueda de prensa en la que también anunció que los muertos por COVID-19 en el estado superaron los 3.400.

Según la experta del Centro Johns Hopkins, la reapertura después de las medidas de aislamiento decretadas para contener la propagación del virus debe hacerse de manera progresiva, observando los datos, especialmente los números de nuevos casos (que consideran que deben bajar de manera sostenida durante dos semanas), así como los datos de capacidad hospitalaria.

El exdirector del Centro de Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU. Tom Frieden estima que serán necesarios unos 300.000 rastreadores de contactos como parte de una estrategia para ‘acorralar al virus’, algo que podría costar al Gobierno federal y a los estados varios miles de millones de dólares.

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