Internacional

Los parisinos vuelven a bañarse en el Sena al cabo de un siglo

Más de un siglo han tenido que esperar los parisinos para poder volver a bañarse en el río Sena. Los atletas de triatlón fueron los primeros en tentar las aguas revueltas por las tormentas en los Juegos del 2024. La ola de calor ha servido ahora de trampolín para el salto definitivo, auspiciado por la acaldesa andaluza de París Anne Hidalgo, que invitó a sus vecinos a perderle el miedo al agua y a refrescarse el culo.

El «bautismo» del Sena apto para los bañistas arrancó a las 7,30 de la mañana en la isla de San Luis (junto a Notre-Dame) bajo un cielo cubierto por nubarrones que no invitaba precisamente al salto al río. Hubo una segunda apertura oficial a las 10,00 en el puerto de Grenelle (frente a la torre Eiffel) y finalmente una tercera en el barrio de Bercy (frente la Biblioteca Nacional). Fue un momento histórico comparable a aquel del alcalde Tierno Galván, cuando dio la bienvenida a los patos en el Manzanares, solo que esta vez el «al agua patos» iba dirigido a los habitantes y a los turistas de una ciudad que se está reverdeciendo como ninguna otra.

«Los Juegos fueron un inmenso acelerador del cambio», reconoce Anne Hidalgo en una entrevista concedida a EL MUNDO para la ocasión. «Pero el verdadero objetivo era recuperar el río y devolvérselo a los ciudadanos, teniendo además en cuenta las olas de calor cada vez más frecuentes y la necesidad de dar opciones para combatir las altas temperaturas en verano. ¡Qué mayor experiencia que poder saltar al Sena! Eso sí, asegurándonos antes de que el agua está limpia y que no hay bacterias peligrosas«.

La propia alcaldesa se lanzó al agua hace algo más de un año cuando la concentración de bacterias de E. Coli y entorococos estaba por encima de los máximos permitidos por la Agencia Regional de la Salud. Pero esta vez las precauciones serán extremas, o eso advierten las autoridades: las mediciones se harán rigurosamente a primerísima hora y a lo largo del día, como medida de prevención de problemas gastrointestinales, infecciones oculares y cutáneas.

La entrada a las tres zonas de baños fluviales es gratuita para ciudadanos y turistas, que cuentan con las mismas instalaciones que en cualquier piscina pública. Al fin y al cabo, se trata de la culminación del proyecto «París Playa» que comenzó años atrás con la recuperación para el baño de los canales de San Martin y La Villette, al noreste de la ciudad. La idea es contar en el futuro con un total de 20 zonas de baño a lo largo del Sena y en las inmediaciones de París.

El sueño de ver a los bañistas en el Sena, algo que no ocurría desde 1923 cuando se prohibieron los baños por la contaminación del río, arrancó realmente con los preparativos de los Juegos en el 2016. El esfuerzo requirió una inversión de 1.400 millones de euros para mejorar las depuradoras y el sistema de alcantarillado, y para construir inmensos depósitos pluviales como la «catedral subterránea» de Austerlitz, diseñados para almacenar el exceso de agua de las tormentas (como la caída hace apenas dos semanas que convirtió las escaleras del metro en cataratas).

Para Pierre Rabadan, adjunto a la alcaldesa para los Juegos y para la recuperación del Sena, lo más difícil ha sido lograr que se pueda nadar en del río y que al mismo tiempo siga siendo navegable: nueve millones de personas lo recorren en barcos todos los años y 22 millones de toneladas de mercancías lo transitan.

«La negociación ha sido complicada porque tenemos que respetar el derecho a navegar por el Sena a quienes llevan haciéndolo durante décadas», advirtió Rabadan. «Finalmente llegamos a un punto de encuentro y logramos habilitar el baño en zonas que no afectan al tránsito de los barcos, que dejen cumplir también con normas sanitarias muy estrictas para evitar la contaminación del agua».

El presidente Macron se sumó a las celebraciones con un mensaje en las redes, recordando como Jacques Chirac fue el primero en reinvindicar el río para los bañistas: «Uno de mis predecesores, entonces alcalde de París, tuvo el sueño de un Sena donde se podía nadar. Mañana (hoy) esa promesa se hará realidad».

Los primeros bañistas del Sena

A los bañistas del Sena, efectivamente, se les distingue por los flotadores amarillos de Restube que muchos aprovechan para hacer el muerto en las plácidas aguas, agitadas de vez en cuando por el paso de las lanchas de la policía. A eso de las once de mañana, más de medio centenar de bañistas intrépidos se lanzaron al agua en Port Grenelle, y se estima que 700 podrán hacerlo al mismo tiempo en las tres piscinas fluviales del Sena.

«Está fresquita pero menos de lo que parece (26 grados) y casi se agradece después de todo lo que hemos pasado esta semana», reconoció Chloé Simon, de 47 años, una de las primeras en saltar el Sena en la zona habilitada en Port Grenelle. «Y se ve limpia, aunque mejor evitar un trago por si acaso«.


Luc Guerin, del Club des Nageurs de Paris, quiso también lanzarse al agua en cuanto se cortó la cinta oficial. «Todo un sueño, esto de poder bañarse a la sombra de la torre Eiffel… Aunque es un poco molesto esto de tener que llevar un flotador, te limita un poco«.

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