Internacional

¿Cuánto gana un cardenal? Este es su sueldo mensual en el Vaticano

Con la muerte del Papa Francisco el pasado 21 de abril, el Vaticano entra en una etapa crucial: el cónclave en el que los cardenales del mundo se reunirán para elegir a su sucesor. Este proceso, profundamente simbólico y espiritual, también despierta curiosidad sobre los aspectos menos visibles de la vida eclesiástica, como los salarios que perciben quienes forman parte de la jerarquía católica. ¿Reciben algún tipo de remuneración por sus funciones o simplemente viven con las necesidades básicas cubiertas como parte de su entrega a la fe?

En el caso de los cardenales, sí reciben un salario. Estos altos dignatarios, considerados como los principales colaboradores del Papa, perciben una asignación mensual que va de los 4,000 a los 5,000 euros. A esto se suman beneficios como vivienda dentro del Vaticano o en propiedades administradas por la Santa Sede a precios simbólicos, acceso a tiendas con productos subsidiados y atención médica gratuita.

¿Y el resto de los empleados?

En cuanto al personal laico, que trabaja en funciones administrativas, de seguridad, protocolo o mantenimiento, sus salarios suelen oscilar entre los 1,300 y 3,000 euros mensuales, dependiendo de la función que desempeñen. Los sacerdotes y obispos que sirven en el Vaticano también reciben sueldos similares, que rondan entre los 1,500 y 2,500 euros.

Vale recordar que durante el papado de Francisco se aplicaron recortes salariales como parte de una política de austeridad. En 2021 se redujeron los ingresos de altos cargos en un 10%, y en 2024 se volvieron a ajustar las bonificaciones y otros beneficios, todo esto en un intento por equilibrar las finanzas vaticanas luego del impacto del Covid-19.

Un sistema económico con luces y sombras

El Vaticano mantiene un modelo financiero particular. Aunque el Papa no tenía un sueldo fijo —como él mismo declaró en una entrevista en 2019— contaba con un fondo asignado por la Santa Sede para cubrir sus gastos personales. Las finanzas del Vaticano se nutren de donaciones, como el Óbolo de San Pedro, ingresos por turismo, ventas de souvenirs religiosos, monedas y estampillas, además de inversiones.

Sin embargo, la gestión de estos recursos ha estado históricamente envuelta en cierta opacidad, lo que genera aún más interés cuando se acercan momentos como el cónclave, en los que los ojos del mundo se posan sobre sus protagonistas.

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