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Parroquia Santa Cruz del municipio Tábara Arriba celebra la Exaltación de la Santa Cruz

Tábara Arriba, Azua, RD.- Cada 14 de septiembre la Parroquia Santa Cruz del municipio Tábara Arriba en Azua, celebra la Exaltación de la Santa Cruz, lo que nos lleva a recordar y honrar la Cruz en la que murió nuestro Señor Jesucristo. Es una fiesta religiosa que suelen celebrar los cristianos con la iglesia católica y también la iglesia ortodoxa.

Durante este día se rememora y se venera la cruz en la que Jesús entrego su vida para salvar la vida de nosotros los humanos.

En este día, el color litúrgico es el rojo, en la época romana se solía celebrar este día como la fiesta del señor, hay que destacar que esta celebración sobresale porque se exponen las reliquias de la Santa Cruz, si existen en el templo, u otras cruces, y demás se adornan con flores.

La parroquia celebra años tras años estas fiestas en honor a la Santa Cruz, donde se realizan un sin números de actividades durante la novena tales como; religiosas, culturales, deportivas, tarde infantil entre otras.

Dentro de los nueve días son invitadas a la celebración de la eucaristía las comunidades que componen esta parroquia; Sajanoa, Las Guanábanas, Los Toros y Amiama Gómez, también son invitados sacerdotes de diferentes parroquias de la Diócesis de San Juan de la Maguana y de otras Diócesis.

Hay que resaltar el reinado que realiza la parroquia, donde se escogen nueve reinas para representar cada sector del municipio, donde cada reina lleva consigo un valor, el cual lo expone y un color asignado de acuerdo al valor.

Esta fiesta evoca el misterio del amor divino, entregado sin medida para la salvación del género humano. Es la Cruz “en la que se muere para vivir; para vivir en Dios y con Dios, para vivir en la verdad, en la libertad y en el amor, para vivir eternamente”, como dijo alguna vez San Juan Pablo II.

De acuerdo a la tradición, en el siglo IV, la emperatriz Santa Elena encontró el madero en el que murió Cristo Redentor en Jerusalén.

Posteriormente, hacia el año 614, la reliquia sería sustraída de esa ciudad por los Persas, como trofeo de guerra. Más adelante, el emperador Heraclio la rescató y el madero retornó a la Ciudad Santa el 14 de septiembre de 628. Desde entonces, cada día 14 del mes de septiembre se celebra este acontecimiento, instituido como festividad litúrgica.

Al llegar de nuevo la Santa Cruz a Jerusalén, el emperador dispuso que fuese llevada en solemne procesión. Para acompañar el cortejo se revistió de todos sus ornamentos imperiales. Estos llegaron a ser tantos y tan pesados que se le hizo imposible avanzar. Entonces, el Arzobispo de Jerusalén, Zacarías, le dijo: «es que todo ese lujo de vestidos que lleva están en desacuerdo con el aspecto humilde y doloroso de Cristo, cuando iba cargando la cruz por estas calles». El emperador se despojó de su lujoso manto y de su corona de oro, y, descalzo, empezó a recorrer las calles acompañando la procesión.

Posteriormente, el Santo Madero fue dividido. Un fragmento fue llevado a Roma, otro a Constantinopla, mientras que un tercero se quedó en Jerusalén. El pedazo restante fue reducido a astillas que serían distribuidas por iglesias de distintas partes del mundo. A estas reliquias se les denominó de la “Veracruz” (verdadera cruz).

En las narraciones de la vida de los santos se cuenta que San Antonio Abad hacía la señal de la cruz cada vez que era atacado por el demonio con horribles visiones y tentaciones. La señal bastaba para que el enemigo huya. Así, los cristianos adoptaron la costumbre de santiguarse para pedir la protección de Dios ante la presencia del mal y los peligros que acechan.

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No solamente el 14 de septiembre se conmemora lo que sufrió Cristo en la cruz. El 3 de mayo se celebra la invención de la Santa Cruz, donde se hace memoria del papel central que representa este símbolo en su vida.

La señal de la Cruz

Hacer la señal de la cruz o bien santiguarse es un símbolo del cristianismo que tiene muchos significados. Los cristianos católicos se reafirman en la posición de pertenecer a Jesucristo y a su Iglesia, y tienen presente su figura durante toda su vida. Muchas personas, especialmente religiosos, llevan la cruz colgada del cuello porque quiere decir que ofrecen su vida a Dios. Y recuerdan lo que pasó Cristo en aquellos años.

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