Juntas de Vecinos: La Fuerza Silenciosa que Sostiene la Nación
Por Angel Puello
Hoy, 31 de marzo, celebramos el Día Nacional de las Juntas de Vecinos y Organizaciones Comunitarias. ¡Gracias por ser la primera voz del barrio, el real corazón de cada comunidad!
Pero estas organizaciones merecen mucho más que una felicitación. Merecen apoyo real, continuo y efectivo. No deben ser utilizadas solo como herramientas políticas durante campañas electorales y luego abandonadas cuando ya no se les necesita.
Las juntas de vecinos y las organizaciones comunitarias son la estructura de base más auténtica y comprometida del país. Son ellas quienes conocen en detalle cada calle sin luz, cada hogar sin agua, cada niño que necesita un cuaderno, cada anciano olvidado por el sistema. Son quienes viven en carne propia las consecuencias del abandono estatal, las limitaciones del día a día, y la impotencia de no contar con recursos suficientes para resolver los problemas del barrio.
Por eso, toda acción social del Estado —desde las alcaldías hasta la propia Presidencia de la República— debe ser coordinada con estas organizaciones. No se trata solo de escuchar, se trata de incorporar su conocimiento territorial, su experiencia, su sacrificio. No hay mejor aliado que quien vive en la comunidad y defiende su bienestar con pasión y sin sueldo.

Desde nuestra labor en la Fundación Todo es Posible, con más de 25 años de servicio, hemos entendido que el verdadero cambio social se logra de la mano con las juntas de vecinos. Por eso, cada vez que organizamos campañas de concientización o jornadas de distribución de ayudas, lo hacemos en combinación con las juntas, clubes, líderes comunitarios e iglesias. Así ocurrió, por ejemplo, con nuestra campaña “Un millón de Biblias para un millón de dominicanos”, que llevamos a cabo con el respaldo directo de las iglesias cristianas de cada sector.
Estas entidades representan una esperanza viva. Son el gobierno del pueblo cuando el gobierno oficial no llega. Son la red de solidaridad más genuina y eficaz.
Hoy más que nunca, necesitamos valorarlas, empoderarlas, financiarlas y escucharlas. Porque sin juntas de vecinos, no hay comunidad que avance, ni gobierno que funcione bien.
¡Feliz Día Nacional de las Juntas de Vecinos y Organizaciones Comunitarias! Que esta fecha no sea solo una efeméride, sino un recordatorio de que el poder comienza en el barrio.