Salud

La ciencia detrás de la curiosa explosión que convierte un grano de maíz en una suave mota blanca

La explosión de las palomitas de maíz es resultado de la fortaleza de la corteza, así como de su capacidad para transmitir de manera eficiente el calor a las entrañas almidonadas de la semilla para que la corteza pueda soportar altas temperaturas sin quemarse.

A medida que la temperatura aumenta, la humedad en el interior se convierte en vapor y comienza a ejercer presión hacia afuera, contra la corteza.

La presión se acumula a medida que aumenta la temperatura, y cuando es nueve veces mayor que la presión atmosférica, a poco más de 200 grados centígrados, finalmente se abre.

El almidón y el vapor se expanden de manera explosiva, y la presión se iguala.

Con y sin máquina

Los científicos han descubierto que se puede duplicar el tamaño del grano final usando una bomba de vacío para reducir la presión del aire en la olla en la que se calientan los granos para que cuando exploten, se expandan todavía más de lo habitual.

Es posible hacer estallar palomitas de maíz sin usar ningún tipo de maquinaria -sosteniendo una mazorca de maíz sobre el fuego—pero la maquinaria, como algunos argumentan, es parte de la diversión.

En China todavía hay algunos vendedores callejeros que explotan palomitas de maíz en la calle usando un recipiente de hierro fundido, en cuyo interior colocan los granos.

El recipiente se gira sobre el fuego y, cuando un manómetro indica que es el momento, el vendedor coloca una gran bolsa de lona sobre la tapa.

Los granos estallan de repente a medida que aumenta la presión, explotando como pequeñas balas de cañón dentro del saco.

El primer carrito

Una de las primeras máquinas para hacer explotar palomitas de maíz como la mayoría de nosotros conocemos apareció en 1885.

Un carrito de palomitas de maíz a principios del siglo XX.
Pie de foto,Todavía se pueden ver carritos de palomitas de maíz en ferias y parques.

Fue el invento de un confitero de Illinois llamado Charles Cretors que había experimentado con tostadores de maní.

Se trataba de un artefacto barroco propulsado por pequeños motores de vapor en donde los granos de las palomitas se calentaban con una mezcla de manteca y mantequilla.

Un pequeño payaso mecánico, «Mr Roasty Toasty», hacía girar una manivela para que diera comienzo el espectáculo.

En su libro Popped culture, el escritor gastronómico Andrew Smith cuenta la historia de cómo Cretors llevó su carrito de palomitas a la vía que conducía a la Feria Mundial de 1893.

«Él y su ayudante, tal y como la empresa C Cretors Company dijo después, gritaban: ‘¡Prueben el nuevo sabor sensacional! ¡Gratis! ¡Palomitas de maíz con mantequilla! ¡Un revolucionario método que acabamos de patentar! ¡Prueben una bolsa gratis!'», escribe Smith.

«Los clientes se acercaron al carrito inmediatamente. El payaso, encaramado sobre las palomitas de maíz, giraba frenéticamente.

A medida que el sugerente olor de las crujientes y calientes palomitas de maíz con mantequilla atravesó la calle, la gente comenzó a llegar, atraída tanto por la novedad del espectáculo y el pequeño payaso activando el motor, como por las palomitas».

Cretors Company sigue siendo un gran fabricante de máquinas de palomitas de maíz.

Aunque puedas pensar en ellas como un snack salado y mantecoso para ocasiones especiales, como una película o una feria, el hecho de que sea un grano entero y -antes de que le agreguen condimentos— bajo en grasa y sal, las ha convertido en un terreno fértil para los vendedores

De hecho, parece que su imagen saludable -sin tener en cuenta que la mayoría de las palomitas tienen varios condimentos añadidos— es la causa detrás de su repentina expansión en Reino Unido, según el informe de Mintel (aunque si las haces tú mismo en casa es probable que las expectativas se ajusten más a la realidad).

Pero los cocineros caseros están aprendiendo que las palomitas de maíz no son las únicas semillas capaces de explotar.

Puedes hacer estallar muchas semillas con corteza dura, incluido el arroz, el trigo, la cebada y el amaranto, aunque no se expanden tanto como lo hacen las palomitas de maíz.

¿Ir al cine y pedir una pequeña bolsa de palomitas de amaranto? Parece poco probable.

Por ahora, las palomitas de maíz tienen su lugar propio en nuestros corazones (y en nuestras barrigas).

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