Política

10 razones por las cuales la Ramfis Manía regresa con más fuerza.

 Por : ELIDO TORRES MUÑOZ

De un tiempo a esta parte, la comunidad dominicana en el exterior observa con creciente entusiasmo la figura de Ramfis Domínguez Trujillo como candidato presidencial para 2028. Siempre hemos tenido la esperanza en él, y aunque los bloqueos institucionales lo demoraron, hoy vemos un resurgir que nadie puede ignorar: Ramfis es, para muchos, la única esperanza real para reconstruir nuestra Patria desde la dignidad, el orden y la renovación.

Presento 10 razones contundentes por las cuales la “Ramfis Manía” crece con ímpetu:

  1. El sacrificio de los dominicanos en el exterior y la necesidad de cambio
    Muchos dominicanos que viven fuera del país sostienen familias con sacrificio: envían remesas, contribuyen al desarrollo local, pero ven cómo sus aportes rinden cada vez menos ante la inflación, la corrupción y la mala gestión. Ramfis aparece como la esperanza de que ese esfuerzo no sea en vano, prometiendo un gobierno que valore su aporte y les devuelva dignidad.
  2. Habilitación electoral: la renuncia hace 10 años a la ciudadanía estadounidense
    En el próximo año se cumplirán los 10 años desde que Ramfis renunció a su ciudadanía estadounidense, requisito contemplado por la Constitución para poder aspirar a la presidencia sin impedimentos. Esta habilitación legal despeja un obstáculo estructural que lo bloqueaba, y lo posiciona como candidato seguro en 2028, visto que algunos analistas predicen que no habrá obstáculos constitucionales para que compita.
  3. Posicionamiento en encuestas: comunidades en EE. UU. lo prefieren
    Encuestas recientes entre dominicanos residentes en Nueva York ubican a Ramfis como la figura preferida dentro de sus aspiraciones presidenciales. Un 68 % de encuestados manifestó que él sería su opción si las elecciones fueran hoy. Ver (El Independiente) Este respaldo emocional muestra que no solo su figura crece, sino que ha captado el sentimiento de esperanza de la diáspora.
  4. Crecimiento del Partido Esperanza Democrática (PED) y reconocimiento institucional
    En estudios de prestigio como los elaborados por la firma Gallup, el PED ha escalado posiciones en las preferencias ciudadanas, ubicándose como la cuarta fuerza política, superando partidos históricos en acumulación de votos y presencia mediática. Ver (AlMomento.net) Esa evolución política demuestra que no es un fenómeno pasajero, sino que tiene cimientos organizativos sólidos.
  5. Conexión con la diáspora dominicana
    Ramfis ha insistido en que los dominicanos fuera del país merecen trato equitativo, representación legislativa justa y condiciones para aportar al desarrollo nacional sin sentirse excluidos. En declaraciones recientes ha defendido la reforma constitucional que fortalezca el papel de los dominicanos en el exterior ante recortes propuestos de diputados. Ver (TV HISPANIC) Esa sensibilidad con la diáspora cimenta una lealtad política que muchas figuras ignoran.
  6. Imagen de anti-establishment y ruptura con la vieja política
    A diferencia de otros aspirantes que emergen del aparato tradicional, Ramfis no carga alianzas con los grupos del poder establecidos ni compromisos oscuros del pasado. Esto lo hace más atractivo para quienes buscan renovación real y un liderazgo sin ataduras.
  7. Discurso claro sobre corrupción, institucionalidad y seguridad
    En sus intervenciones públicas, Ramfis ha abordado sin ambages temas que muchos evitan: la necesidad de reformar el Ministerio Público, fortalecer la justicia, garantizar rendición de cuentas y garantizar seguridad para quienes viven y quieren invertir en el país. Su discurso conecta con los dolores reales de la población.
  8. Factor sorpresa y potencial de crecimiento latente
    Al no haber desplegado aún su campaña electoral plena, Ramfis tiene un espacio enorme para crecer. Mientras los partidos tradicionales han gastado recursos y sufridos desgaste, él encara el proceso con reservas estratégicas, lo que le da ventaja en términos de sorpresa electoral.
  9. Empuje mediático y narrativa simbólica
    Su figura se vuelve un símbolo de aspiración, de retorno al orgullo nacional, de recuperar el sentido de grandeza. Ese relato es poderoso: representar no sólo un candidato, sino una idea de nación renovada. La combinación de su legado familiar con una plataforma moderna le da atractivo simbólico.
  10. Desilusión con los actuales partidos y el anhelo de alternativa
    Muchos dominicanos están cansados de las promesas vacías, los escándalos repetidos, las alianzas oportunistas. Buscan una opción distinta, un proyecto que no llegue simplemente para reproducir lo mismo. Ramfis aparece como la alternativa genuina: alguien que ha resistido bloqueos, ha mantenido coherencia y aspira con transformar de verdad.

¿Por qué los dominicanos en el exterior redescubren al nieto de Trujillo?

La “Ramfis Manía” no es casualidad: es el resultado de un momento histórico. Los dominicanos en la diáspora están más informados, más conectados, tienen sensibilidad política y quieren ver cambios reales. Frente al desencanto con lo tradicional, encuentran en él una figura que ofrece novedad, firmeza y simbolismo: alguien que puede articular conexión con la nación sin renunciar al mundo moderno.

Además, Ramfis ha enfocado su estrategia hacia ese segmento: visitas al exterior para agradecer apoyo, discursos que reconocen el rol de los dominicanos fuera del país, propuestas específicas para su representatividad legislativa. Ver (El Nuevo Diario) Eso solidifica su relación con quienes tradicionalmente eran más difíciles de movilizar.

Los dominicanos del exterior reclaman un liderazgo que les devuelva dignidad, que los haga sentir parte del país, no ciudadanos de segunda clase. Ramfis responde a ese reclamo con una narrativa de inclusión, justicia y renovación.

Conclusión

El fenómeno de la Ramfis Manía está lejos de ser un capricho pasajero. Surge de una confluencia poderosa: insatisfacción con lo viejo, aspiración a lo nuevo, una figura que despierta emociones y propuestas coherentes para resolver problemas urgentes.

Para el 2028, Ramfis Domínguez Trujillo no solo podría ser candidato viable: podría convertirse en el líder capaz de encarnar la esperanza colectiva de un país que exige cambio, orden y dignidad. Si logra capitalizar ese impulso con estructura, mensajes contundentes y presencia territorial, podría transformar esa energía emocional en votos decisivos.

Los dominicanos del exterior lo ven no solo como un candidato, sino como una promesa para que su sacrificio valga la pena. Y, si él logra conectar esas expectativas con resultados y credibilidad institucional, será difícil que alguien lo detenga en esa carrera hacia la Presidencia.

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