Opinión

Cautela en la gestión pública

Por: Aquino Rubio

Hay cosas y situaciones que parecen normales en la vida cotidiana, pero cuando entran los intereses políticos y económicos, lo que suele ser casual se convierte en ejercicio para hacer daño a otros y para sacar ventajas.

Lo que ocurre ahora en el país sobre todo, en el arranque del segundo mandato del presidente Luis Abinader, no parece muy normal, sobre todo, por lo focalizado de cada apagón nocturno, la alta facturación eléctrica, las presiones de sectores empresariales y políticos a la vez, a quienes de seguro les importa poco el país y ponen en primer plano sus intereses particulares.

La poca vigilancia en la gestión del Estado, personal maleado que, en muchos casos, sigue sirviendo a los suyos bajo sus líneas políticas, los problemas de corrupción, la entrada en operación de la “Anti policía” con las ejecuciones extrajudiciales, el tráfico de ilegales, el incumplimiento de la Ley y la desidia en sus funciones, es un problema serio para cualquier gobierno.

Los tres años restantes del presidente Abinader estarán cargados de ataques, de golpeos en sus obras, descalificación de su gabinete y persecución interna y externa, de quienes aspiran a ponerse la ñoña por el partido gobernante o por los de la oposición.

El Gobierno careció en su primera gestión de un gabinete comunicacional con autonomía para estructurar la defensa de su imagen a nivel interno y en el plano internacional, pese a la gran crisis generada por la pandemia del Covid-19, el terrible problema haitiano y la desbordada migración irregular, convertida en gran negocio para unos y en daño irreparable para otros.

Ponerse las botas, tomar la sartén por el mango y demostrar con firmeza que el gobierno se respeta, ha de ser un ingrediente colocado con delicadeza en el salcocho político en los años por venir, para que el gran esfuerzo hecho hasta el momento, no quede como paso en el vacío.

Es tiempo de mirar al frente, ver la cara de los amigos y enemigos y tomar las decisiones que protejan la obra realizada, salvaguarden la soberanía y los intereses de la patria. Nada ha de estar por encima de la nación y su defensa es mandatoria. La patria primero.

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