Internacional

Muere la «reina más bella del mundo», Sirikit, la glamurosa y combativa madre de Tailandia, progenitora del polémico Rama X

No por esperada, ha dejado de causar una profunda conmoción en Tailandia, país donde la Monarquía sigue siendo una institución objeto de auténtica -y hasta cierto punto obligada- veneración, la muerte de Sirikit, la reina madre de Tailandia, a los 93 años.

Bautizada en su día por los medios internacionales como la «reina más bella» del mundo o «laJackie Kennedy de Asia» por su estilo refinado y su magnetismo en las cumbres de la diplomacia, se hizo famosa por su glamurosa imagen, convertida en un icono del poder y la realeza a la altura de Farah Diba, la emperatriz de Persia, o de Grace Kelly, la princesa de Mónaco, aunque el halo de fascinación que durante décadas despertó para el papel cuché no puede ocultar que también desempeñó un destacadísimo papel institucional en apoyo de su marido, el casi divinizado rey Bhumibol, Rama IX de la dinastía de los Chakri, que ocupó el trono nada menos que durante 70 años, entre 1946 y 2016.

La bellísima reina Sirikit, en una imagen de los años 60.
La bellísima reina Sirikit, en una imagen de los años 60.Getty

La reina Sirikit es la madre del actual soberano del país de las sonrisas, el polémico Rama X, quien asumió el trono a la muerte de su progenitor y que, aunque carece de su popularidad, ha demostrado habilidades de gobernante que desmintieron a quienes creían que iba a ser un rey títere.

«A propósito de la reina de Tailandia: Creo que es la cosa más bonita del mundo, como una florecilla, vestida con las ropas más exquisitas, y como sabrás Alexandre le hace todos sus peinados y ornamentos». Así describió a Sirikit la directora de Vogue, Diana Vreeland, en un reportaje.

Una mujer llora la muerte de Sirikit con una imagen de la reina tailandesa.
Una mujer llora la muerte de Sirikit con una imagen de la reina tailandesa.Sakchai LalitAP

Somdej Phra Nangchao Sirikit Phra Boromarajininat -su nombre- nació en Bangkok en 1932, en el seno de una familia aristocrática del antiguo Reino de Siam. Su matrimonio hizo que la Casa del Rey otorgara la dignidad de príncipe a su padre, avezado diplomático y coronel del ejército muy leal a la causa realista -fue embajador en Estados Unidos, Francia y el Reino Unido-, en una operación destinada a revestir de mayor gloria la biografía de quien iba a ser la reina y madre de los tailandeses.

Sirikit conoció en París, cuando apenas contaba con 15 años de edad, a Bhumibol Adulyadej, quien residía entonces en Suiza, donde estudiaba Ciencias Políticas. «Fue odio a primera vista», contó con humor la soberana en un documental de la BBC de 1980 sobre la Monarquía tailandesa, Soul of a Nation, ya que, como explicó, él llegó muy tarde a la recepción en la que había de producirse el primer encuentro. «Dijo que llegaría a las cuatro de la tarde. Y llegó a las siete. Me mantuvo allí de pie, practicando reverencias una y otra vez», relató divertida.

Bhumibol ya había sido proclamado rey en junio de 1946, tras la prematura muerte de su hermano mayor, Rama VIII. Pero, dada su juventud, se decidió que el soberano concluyera sus estudios mientras su tío, el príncipe Rangsit, se convirtió en regente.

La relación sentimental de la pareja se estrechó especialmente mientras ella se convirtió en una asidua visitante del soberano durante una convalecía en un hospital de Lausanne por un grave accidente de tráfico que, como secuela de por vida, le provocó la pérdida de la visión del ojo derecho y parálisis en un lado de la cara. La joven Sirikit contaría en alguna ocasión que entonces soñaba con convertirse en pianista profesional, pero que se enamoró perdidamente del titular de la Corona tailandesa y no dudó en convertirse en su esposa.

Dolientes en Bangkok tras conocer el fallecimiento de Sirikit.
Dolientes en Bangkok tras conocer el fallecimiento de Sirikit.Efe

En marzo de 1950, el rey regresó definitivamente a Tailandia para asumir sus responsabilidades. Y la joven le acompañó. Se casaron en Bangkok, en el Palacio Pathumwan, el 28 de abril de 1950, fecha en la que se le concedió el título de Su Majestad la Reina -en realidad, el matrimonio se había formalizado ya en el mes de julio anterior en una ceremonia civil todavía en Suiza-. Y, poco después, fue elevada a reina plena el día de la coronación de Rama IX, el 5 de mayo de 1950.

Exitosa gira diplomática

La fama mundial de Sirikit se fraguó en la extenuante gira internacional que la pareja protagonizó entre 1959 y 1967 para promocionar la imagen del país, cuando los monarcas visitaron un total de 40 países, entre ellos España, donde fueron recibidos con todos los honores por el dictador Franco y su esposa Carmen Polo. La reina tailandesa recibió la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica. La gira de la joven pareja sirvió además para dar a conocer las famosas sedas de su país y fijó la imagen elegante de Sirikit, en gran medida gracias a los vestidos del prestigioso diseñador francés Pierre Balmain que combinaban los diseños tradicionales tailandeses con la moda moderna.

Por aquel entonces, la reina Sirikit compartía espacio en las revistas de moda y de sociedad con Jackeline Kennedy, la princesa Gracia de Mónaco, o la emperatriz persa Farah Pahlavi.

Rama IX y Sirikit tuvieron cuatro hijos: Vajiralongkorn, que nació en 1952 y ascendió al trono en 2016, y las princesas Ubolratana, Sirindhorn y Chulabhorn, nacidas respectivamente en 1951, 1955 y 1957.

La Monarquía absoluta había sido abolida en Tailandia en 1932 y, durante la siguiente década, la Casa Real fue perdiendo el enorme poder del que había disfrutado hasta entonces.

Como monarca constitucional, las funciones de Bhumibol estaban muy limitadas. Pero pronto supo sustituir la falta de poderes políticos formales por una influencia ilimitada, algo casi más valioso. El país había sufrido el desgarro de varias guerras civiles y tenía que cicatrizar también las tensiones con las minorías étnicas y religiosas -el conflicto entre budistas y la insurgencia musulmana en las provincias del sur llega hasta hoy- cuando estallaron las guerras en Indochina. En ese contexto, la casta política, el estamento militar y la oligarquía empresarial, con la inestimable ayuda de Estados Unidos, diseñaron una estrategia que explotó el sentimiento nacionalista en torno a la Corona que, de paso, se convirtió en baluarte contra el comunismo que avanzaba en la región. De pronto, el patriotismo quedó indisolublemente ligado al respaldo al rey, algo que Bhumibol supo mantener con astucia durante sus 70 años en el Trono.

Una Consorte de armas tomar

La reina consorte se dedicó a apoyar diversas fundaciones reales, incluidas organizaciones paramilitares que durante la Guerra Fría se erigieron en defensoras de la Monarquía frente a la amenaza del comunismo. Así, en los años 70 fue nombrada patrona de los Vigilantes de los Pueblos, organización paramilitar que se dedicaba a la lucha contra los insurgentes del Partido Comunista de Tailandia.

No en vano, Sirikit tenía como modelo a la legendaria reina Suriyothai, la esposa del rey Chakkraphat quien, en el siglo XVI, se disfrazó de soldado y falleció a lomos de un elefante durante una batalla contra ejércitos invasores birmanos, un acto heroico que, según la leyenda, salvó tanto al rey como al reino.

El papel de la Consorte en el fortalecimiento de la Monarquía durante un periodo de tanta agilatación política es incuestionable. Como subraya el académico tailandés, Pavin Chachavalpongpun, profesor en la Universidad japonesa de Kioto, en declaraciones recogidas por Efe, su labor en apoyo de su esposo y de la institución «fue especialmente crucial durante la Guerra Fría, cuando la supervivencia de la Monarquía se equiparaba a la supervivencia de la nación«.

Bhumibol mantuvo una estrecha relación con el Ejército, que, desde el final del absolutismo, ha tomado el poder en 13 golpes de Estado. Además, la Monarquía en Tailandia está protegida por una de las leyes de lesa majestad más duras del mundo, que imposibilita cualquier debate público sobre las decisiones de Palacio.

Si Bhumibol adquirió el estatus de «padre de la nación» durante su reinado, Sirikit desempeñaba un papel maternal, hasta el punto de que su cumpleaños ha seguido celebrándose hasta este mismo 2025 como el Día de la madre en Tailandia.

En las décadas de los 80 y 90 Sirikit se volcó en su faceta filantrópica, presidiendo o patrocinando varias organizaciones benéficas, entre ellas la Fundación contra el Cáncer de Mama que lleva su nombre.

Pero no fue nunca la reina Sirikit una figura ceremonial ni una Consorte sumisa y alejada de los contubernios políticos de su país. Todo lo contrario. Cuando en 2010 se difundieron en medios internacionales, entre ellos EL MUNDO, más de un cuarto de millón de cables secretos remitidos por el Departamento de Estado de EEUU y distintas embajadas estadounidenses en todo el globo, se supo que Washington consideraba a Sirikit como un personaje de enorme influencia en la Corte, incluso en momentos como la seria crisis política del país de 2008.

No le faltaba olfato político a la reina, desde luego. Así, fue un hecho extraordinario y que, una vez más, apuntaló a la Corona, el que Sirikit acudiera aquel convulso año al funeral de un manifestante antigubernamental muerto en enfrentamientos con la policía.

La soberana fue recibida por miles de jubilosos manifestantes que llevaban semanas protestando contra el Ejecutivo, que interpretaron su asistencia como una señal de apoyo a su campaña. Dos personas murieron y casi 500 resultaron heridas los graves choques de aquellos días, en medio de un intenso enfrentamiento político.

Los cables de EEUU también revelaron asuntos que afectaban a los miembros de la dinastía, sobre todo a quien entonces aún era el Heredero del Trono, subrayando que Sirikit era bien consciente de las debilidades de su primogénito y de su «enfermiza» afición a las mujeres, de la que dio sobradas muestras desde su infancia.

Del carácter y autoridad de Siriki da cuenta que incluso llegó a deslizar lo que se consideró una indisimulada crítica a la vida disipada de su hijo en los años 80 por sus modales de playboy. Durante una visita oficial a Estados Unidos, declaró a varios medios de comunicación locales: «Tengo que ser muy franca. Mi hijo, el príncipe heredero, es un poco un Don Juan. Es un buen estudiante, un buen chico, pero las mujeres lo encuentran interesante, y él encuentra a las mujeres aún más interesantes. Así que su vida familiar no es tan tranquila».

Poco antes, en 1987, el entonces Heredero, el príncipe Vajiralongkorn, se había casado por primera vez. La afortunada -pongan muchas comillas- fue su prima hermana Soamsawali Kitiyakara, y fue aquel un enlace concertado por la propia Sirikit. El matrimonio tuvo una hija. Pero apenas había pasado un año de la boda cuando el príncipe comenzó un apasionado romance con la camarera y aspirante a actriz Yuvadhida Polpraserth, con quien tendría cuatro hijos -todos ellos considerados ilegítimos; tres hicieron pública una carta en 2011 denunciando el abandono al que habían sido sometidos por su progenitor-. El heredero intentó durante años divorciarse de su esposa, pero ésta no daba su brazo a torcer. Aquello provocó infinidad de conflictos en Palacio y episodios tan bochornosos como cuando el príncipe pretendió, en un viaje oficial a Japón, que las autoridades recibieran como a su mujer a la que era su amante. Los chambelanes de la tradicional Corte del Crisantemo no sabían dónde meterse.

Relación con Juan Carlos I y Doña Sofía

Bhumibol y Sirikit tuvieron una cálida relación con los Reyes de España Don Juan Carlos y Doña Sofía. Estos realizaron en 2006 su segunda visita de Estado a Tailandia, tras la primera de 1987, importante para los intereses de nuestro país, que entonces intentaba abrir mercados en el Sudeste asiático.

Los soberanos tailandeses ya habían dispensado una entrañable acogida en 1962 a Juan Carlos y Sofía, aún Príncipes de España, cuando visitaron el antiguo Reino de Siam, poco después de casarse.

En 2012, la reina madre Sirikit fue diagnosticada de cardiopatía isquémica, una dolencia ocasionada por la arteriosclerosis de las arterias coronarias por la que permaneció hospitalizada durante cuatro años, lo que marcó una desaparición de la vida pública casi total, a pesar de que recibió el alta médica en noviembre de 2016.

Su delicado estado en los últimos años ha coincidido con otra extraordinaria preocupación en el seno de la dinastía Chakri: el estado vegetativo en el que se encuentra desde diciembre de 2022 su nieta mayor, la princesa Bajrakitiyabha -conocida como princesa Bha-, la primogénita del rey Rama X.

La imagen de la «madre de los tailandeses» sigue estando muy presente en miles de retratos colgados en las calles, hogares y oficinas de todo el país.

Un mes de luto oficial

El Gobierno de Tailandia decretó este sábado 30 días de luto oficial por la muerte de la reina madre Sirikit, informa Efe. Durante este periodo, las banderas de todas las oficinas gubernamentales, empresas estatales e instituciones educativas permanecerán a media asta; mientras que a los funcionarios y trabajadores gubernamentales se les pide guardar un año de luto, según apunta un comunicado del Gobierno tailandés.

Capilla ardiente en el hospital donde ha fallecido la reina madre.
Capilla ardiente en el hospital donde ha fallecido la reina madre.Efe

Por su parte, el rey ha decretado un período de luto de un año para los miembros de la familia real y los funcionarios de la Corte, lo que afectará durante todo este tiempo a los eventos en los que participen los integrantes de la dinastía.

El primer ministro Anutin Charnvirakul, quien hoy retrasó al domingo su viaje a Malasia para participar en la Cumbre de líderes del Sudeste Asiático, pidió a la población que durante los próximos 90 días usen ropas negras o con colores poco llamativos «en señal de respeto», en declaraciones a los medios antes de participar en un Gabinete de Gobierno de emergencia.

Por su parte, rey ha emitido ya una Orden Real para que se lleven a cabo los preparativos del Funeral Real con los más altos honores, en estricto cumplimiento de la tradición monárquica. El cuerpo de Sirikit será trasladado al majestuoso Salón del Trono Dusit Maha Prasat, ubicado en el Gran Palacio de Bangkok, donde recibirá el último adiós. Se espera que centenares de miles de tailandeses presenten sus respetos a la madre de la nación.

La reina madre falleció «tranquila» en el Hospital Chulalongkorn de Bangkok a las 21:21, hora local (14:21 GMT) del viernes. Sirikit sufrió una infección de sangre este mes, añadió la Oficina de la Casa Real. Una gran multitud de ciudadanos afligidos rodea desde primera hora el centro hospitalario para expresar su pesar por la noticia.

Si te gustó, comparte esto!!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *