Horror en el tren tras Halloween: la Policía no ve indicios de que el apuñalamiento en masa en Reino Unido sea un atentado
Podría haber sido el guión de una película de terror de serie B. En fin de semana posterior a la noche de Halloween, el tren de las seis y media de la ciudad de Doncaster a Londres fue durante 14 minutos el escenario de un apuñalamiento en masa, aparentemente perpetrado por una persona que podría haber contado con la ayuda de un cómplice.
Los pasajeros del tren no vieron nada raro cuando un hombre subió al tren en la parada de la ciudad de Peterborough con lo que ha sido definido como un cuchillo de cocina. Era, a fin de cuentas, el día después de Halloween. Tampoco se alarmaron con los primeros apuñalamientos. Pensaron que era una broma -otra más- de esa noche. Solo cuando la sangre empezó a manar, se dieron cuenta de que aquello era cierto.
El resultado ha sido 11 personas que han necesitado atención hospitalaria por heridas de arma blanca, una de ellas en estado grave. La policía detuvo a dos hombres nacidos en el Reino Unido, de 32 y 35 años, el primero ha sido acusado de asesinato en grado de tentativa y el segundo ha sido puesto en libertad. El superintendente de la policía John Loveless ha declarado en rueda de prensa que «en esta fase de la investigación, no hay nada que indique que éste es un incidente terrorista», aunque ha matizado que «no sería apropiado especular acerca de las causas» del acto.
Por ahora, no se sabe más del atacante. Varios fundamentalistas islámicos han llevado ataques terroristas con armas blancas, el último de ellos hace justo un mes, cuando un ciudadano británico llamado Jihad Al-Shamie, de 35 años, asesinó a dos personas en una sinagoga en Mánchester, antes de ser muerto a tiros por la policía. Tres personas más -dos hombres de edad similar a la de Al-Shamie y una mujer – han sido detenidos por la policía.
El intento de masacre en el tren de Doncaster a Londres pone también de manifiesto la prevalencia de la violencia con armas blancas en el Reino Unido y, muy especialmente, en Londres. Aunque las cifras muestran un declive de las acciones con cuchillos – y de la violencia en general – en los 12 meses previos a septiembre, hubo más de 15.000 delitos con cuchillos en esa ciudad, lo que supone casi 40 al día de promedio, sobre todo en atracos, violencia callejera, y enfrentamientos entre bandas rivales.
La violencia con cuchillos se de manera especial entre los jóvenes de raza negra y mestizos, y un considerable número de incidentes tiene lugar en la calle, en parques o en transportes públicos, lo que agudiza la preocupación ciudadana, lo mismo que el hecho de que, en algunos casos, los delincuentes usan espadas o machetes.
Las autoridades municipales insisten en que la tasa de homicidios londinense es menor que las de, por ejemplo, Madrid, París, Berlín o Bruselas. Con 70 asesinatos desde el 1 de enero hasta el 30 de septiembre, Londres está en camino de tener su número más bajo de homicidios desde que empezaron a compilarse estadísticas hace 22 años. Con todo, esas cifras no tranquilizan a muchos británicos. La constante referencia del partido ultranacionalista y antieuropeo Reform-UK a la delincuencia entre los inmigrantes es uno de los factores que contribuyen a crear ese estado de opinión.
Un baño de sangre
Los testimonios de los testigos y las víctimas en el ataque del tren probablemente contribuyan a aumentar la percepción de que las armas blancas son una amenaza muy real en el Reino Unido, con independencia de las motivaciones de los atacantes. Las autoridades actuaron rápido, al igual que en el atentado de Mánchester, aunque el diario The Times ha citado a fuentes anónimas de los ferrocarriles del Reino Unido que creen que el conductor del tren debería haber actuado con más rapidez a la hora de dar la alerta después de que recibiera la alarma de lo que estaba pasando en los vagones.
En todo caso, el tren parece haberse detenido en la primera estación, la del pueblo de Hungtindon, en el que no tenía previsto parar. Cuando llegó, ya estaba esperándolo la Policía. El tren es uno de los más rápidos del Reino Unido, con velocidades que alcanzan los 201 kilómetros por hora, y es operado por la empresa LNER, propiedad del Estado, después del fracaso del operador privado Virgin Trains East Coast para gestionarlo.
Pero, para entonces, el convoy estaba viviendo un baño de sangre. Los pasajeros han descrito a los medios británicos escenas de pánico, sangre y confusión. Un pasajero que se identificó como Gavin declaró a los periodistas que oyó a alguien gritar: «¡Tienen un cuchillo, me han apuñalado!», y añadió que había personas «cubiertas en sangre».
Otro dijo que el vagón se había transformado en «una zona de guerra en 90 segundos», con la gente escondiéndose bajo los asientos e incluso en los baños. Un nombre que se interpuso entre el asesino y una chica sufrió heridas graves en el cuello. Al menos uno de los dos hombres que fueron arrestados presentó resistencia a la Policía en Huntington, como revela un vídeo en el que se ve a un individuo vestido de negro forcejeando con los agentes mientras gritaba «¡matadme, matadme!».
