Internacional

El Tribunal Supremo declara agresión sexual a los besos sin consentimiento

Le dio un beso en la mejilla y trató de besarla nuevamente en la boca sin su consentimiento. El Tribunal Supremo (TS) ha confirmado la pena de 21 meses de prisión impuesta por la Audiencia Regional de Sevilla a un agente de la Policía Nacional que cometió un incidente con una mujer detenida en los calabozos del Palacio de Justicia de la ciudad de Sevilla en 2020. El juez consideró que la actuación del agente, que se encontraba bajo los efectos del alcohol en el momento del crimen, constituyó un delito penal.

Un «beso robado sin consentimiento explícito o implícito» se considera un delito contra la libertad sexual (antes abuso, ahora agresión sexual). Aunque el Tribunal Supremo ya ha dictado varias sentencias en este sentido, es imposible no leer este artículo sin pensar en el «caso Jenny Hermoso» y la actitud de su superior, Luis Rubiales. Aunque no se emitirá veredicto hasta que comience su caso, que será en 2025. Los roles son muy diferentes. En este caso, los policías «abusaron» de una sentencia dictada a un preso, quien en ese momento también era vulnerable a tal comportamiento, bajo el juez presidente, el juez Andrés Martínez.

Creemos que la acción preventiva es una situación aún más grave. En parte del fallo, el juez afirmó que «una mujer no puede soportar el deseo de un hombre de realizar una servidumbre sexual, es decir, besar cualquier parte de su cuerpo, porque esto constituye una agresión sexual».

En una declaración escrita, TS afirmó que en una comisaría de Blas Infante de la capital andaluza, los investigadores «aplicaron la atenuante de ‘ebriedad'» y hicieron «ofertas inapropiadas» como «reunirse durante varios días», subraya. beber». Cuando estaba libre “entretenía su cuerpo, buscaba intimidad” y se aprovechaba “de las debilidades de la víctima”. Continuó siendo trasladado al juzgado y calabozo del Prado en San Sebastián, donde le envió «pequeñas notas» y obligó a la mujer a mirarle los genitales para comprobar su «nivel de excitación».

A pesar de la obstinada negativa de la mujer, el hombre intentó besarla y la víctima logró escapar. Ella denunció el incidente tres días después.

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