Las Águilas lideran LIDOM con un ritmo de .824 y una racha de victorias inesperada.
Yendo al grano de inmediato, nuestra respuesta es NO. Lo inesperado es el nivel de resultado, pero que las Águilas estén jugando buen béisbol no lo es. Inesperado es que, habiendo efectuado los equipos de la Lidom entre 17 y 21 juegos, sólo uno tenga rendimiento con porcentaje por encima de .500 y que ese equipo lo esté haciendo para .824 (14-3), que es lo mismo decir el 82.4 % de éxito, con un extraño récord de 0-1 entre sus lanzadores abridores.
Independientemente a lo anormal de ese logro y que todavía muchas cosas pueden ocurrir, las Águilas han dado contundente respuesta a esas adivinanzas envueltas en “pronósticos” que aparecen en cada pretemporada de la Lidom, cuyos campeonatos traen tareas cada vez más complicadas. Las desorientaciones llegan producto del poco conocimiento que a nivel general se muestra sobre el talento emergente, el que pronto veremos en Grandes Ligas o llegó recientemente.
Durante alrededor de una década hemos reiterado que “en el papel” ningún equipo tiene mejores jugadores ante los demás, el problema está en que, a la mayoría de ellos, los de mejores etiquetas, se les impide jugar en la pelota otoño-invernal y cuando algunos logran participar, lo hacen por poco tiempo.
En las Águilas, lo primario a resaltar debe ser el respeto, la confianza y el respaldo que se le ha otorgado a René Francisco y su equipo de trabajo en operaciones de béisbol, como tenía que ser. Y no es para menos, se trata de un vicepresidente de una organización de Grandes Ligas (Kansas City). Que la administración aguilucha haya entendido no replicar las injerencias del pasado con Ángel Ovalles ha sido vital.
A partir de ahí, eso era de esperarse con un hombre de dilatada y sobresaliente experiencia. Es brillante la manera que René, Gian Guzmán y su tropa de gestores han conseguido “alinear los planetas” para alcanzar los resultados actuales. Ese trabajo, unido al del dirigente colombiano Luis Urueta y su equipo de coaches, ha impregnado un nivel de armonía similar al de la dinastía de las 10 coronas en 16 campeonatos (1993-2008).
Generalmente, en la pelota otoño-invernal de hoy día, las principales dificultades se están presentando luego de concluir la serie regular y ese será el gran reto.
Durante los entrenamientos y el día inaugural del Campeonato Juan Marichal llamamos la atención en nuestro programa radial y red social de “X” sobre la participación con las Águilas de 4 integrantes (3 nativos y uno importado) de los 100 principales prospectos de MLB, algo nunca visto en un campeonato con un solo equipo de la Lidom.
Se trata del catcher Carter Jensen #39 (#1 de los Reales), el torpedero Ángel Genao #59 (#3 de los Guardianes), el jardinero Emmanuel Rodríguez #69 (#4 de los Mellizos) y el intermedista Adael Amador #32 en junio del 2024 (#1 de los Rockies), todos con experiencia de doble-A hacia arriba.
En los casos de Genao y Rodríguez, las Águilas se han beneficiado del tiempo de juego perdido por ellos este año en USA debido a lesiones, lo mismo que ocurrió con el bigleaguer Hunter Bigge (Rays), quien fue eficiente cerrador del equipo y ya concluyó su labor de rehabilitación en la Lidom.
Además, sobre un importante otrora prospecto que se está destacando, debemos recordar que el jardinero Alberto Rodríguez perteneció al roster de 40 jugadores de Grandes Ligas de los Marineros en 2022 y ahora está mostrando que recupera terreno perdido.
Lo que ha dado balance al desempeño eficaz de la alineación aguilucha diaria es la combinación de esos noveles talentosos jugadores con los de más experiencia, como Aderlin Rodríguez, Leody Taveras, Juan Lagares, Ezequiel Durán, J.C. Escarra, entre otros. Del mismo modo que se debe poner de relieve la labor del cuerpo de relevistas, el que registra récord de 14-2, incluyendo 4-0 en juegos con diferencia de una carrera.
Ahora la mira está en lo que viene luego de la pausa del 14-16 de noviembre y lo que ocurrirá con importantes cambios de personal que empezarán a producirse, así como los juegos reasignados que están pautados en el resto del camino.
