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Primer obispo de la IED Cancú Drullard, asumió la alta jerarquía, con un fuerte llamado a los padres para que tengan sujeción y control de sus hijos

El recién consagrado primer obispo de la Iglesia Evangélica Dominicana (IED), Miguel Ángel Cancú Drullard, asumió ayer la alta jerarquía, con un fuerte llamado a los padres para que tengan sujeción y control de sus hijos e instando a los obispos y líderes de fe, a ayudar y escuchar a los desamparados, y a no dejar que la gente se vaya de las iglesias. El hasta ayer reverendo de la IED recibió la designación en una solemne ceremonia celebrada en templo de la sede, en la avenida México esquina Rosa Duarte, en Santo Domingo, en el que afirmó que “quien no sabe gobernar su propia casa, “cómo va a gobernar la casa de Dios”. Expresó que a muchos padres y madres se les pregunta a las 10:00 de la noche, dónde se encuentran sus hijos, y ellos suelen estar vistiéndose para salir a las calles. “Hay que enfrentar los retos y desafíos, y orar mucho. Ser obispo es ver el ejemplo de Jesús, que siempre fue cuidadoso en el elogio”, sostuvo el obispo Cancú Grullard, en el acto convocado por la IED y por el Consejo Directivo Eclesial (CODE).

El religioso, de una trayectoria de 50 años, precisó que una iglesia grande no es aquella en la que la gente no cabe y hay que ampliar su espacio, es grande cuando hace que Jesús esté en su centro.

Afirmó que un obispo debe ser un hombre de Dios y no tiene que ser un anciano, sino un hombre que actúe con justicia. Citó las palabras del apóstol Pablo a Timoteo acerca de los preceptos que se deben cumplir para ser un obispo. Para que nuestra mente, cuerpo y sacrificio sean para Dios. Que todo lo que puedan hacer agrade a Dios”. Acompañado de su esposa, Altagracia Marmolejos, y de sus hijas, Angely y Suleica; de obispos y reverendos de distintas iglesias evangélicas, transcurrió el culto de consagración, Cancú Grullard fue de reverendo a obispo a las 11:40 de la mañana.

El acto de consagración lo dirigieron el pastor principal de la IED, Gersón Eliseo de la Cruz; el obispo de la Iglesia de Dios, Mauro Vargas, y el obispo de la Iglesia Metodista Libre, Cecilio Osoria, quienes le hicieron el ritual tradicional de juramento de comprometerse a cumplir la Constitución y los reglamentos de la IED, ejercer autoridad con honradez, humildad y acción de servicio.

Recibió como sagrado símbolos la Biblia, los reglamentos y el báculo o cayado que lo consagran como obispo, para que ejecute su ministerio con valor y respete el llamado de Dios. Cancú Grullard se comprometió a servir a Dios y a sus hermanos. Agradeció la misión y aseguró que no se sentirá mejor que sus hermanos ni dejará por ser obispode montarse un carro público ni en un autobús.

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