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En el coaching se dice “Una mente llena de dudas no se puede concentrar en la victoria”

Es probable que te encuentres en una situación donde te has esforzado y por más que te esfuerces no logras arrancar, en ves de ir adelante vas en retroceso, y por más que intentas la oración, el ayuno, el ir a la iglesia, el cumplir con los deberes, no ves que nada bueno suceda en tu vida. No estoy en contra de lo anterior, esas cosas son necesarias pero no es todo, el asunto no es las cosas que hagamos, es lo que somos lo que va a definir nuestra vida.

Antes de yo hacer, primeramente debo ser. Dios me ha dado todo lo que necesito para vivir, me ha dado virtudes, me ha dado talentos y dones para que yo pueda disfrutar la vida. Lo que yo piense y las creencias que yo tengo de mi, me pueden ayudar a construir o derribar mi destino.

Jeremías pensaba que no sabia hablar, el se hacia autosabotaje. ¿Se autosabotea usted? ¿Se ha dicho usted alguna vez “yo no sirvo para eso” o “yo nunca voy a lograrlo”? Muchos de nosotros vivimos autosaboteándonos, vivimos con pensamientos negativos, de fracaso y derrota, y por más que tengamos buenas intenciones de salir adelante no lo logramos ya que debemos cambiar nuestra programación y es lo que Dios hace con Jeremías, le invita a cambiar sus pensamientos, sus palabras, sus emociones y sus acciones.

“No es esclavo quien no ha nacido en esclavitud”. Pedro Sifontes

Para hacer realmente lo que quieres necesitas aprender a intervenir en tu lenguaje. El lenguaje es generativo, crea realidades. En el coaching decimos que cuando tenemos un lenguaje en acción, tanto el cuerpo como las emociones corresponderán al lenguaje presente. Una emoción por lo tanto tendrá una postura corporal definida y a su vez un lenguaje. De igual forma un cuerpo tendrá una emocionalidad y un lenguaje correspondiente al mismo.

Esto es lo que hace Dios con Jeremías al recordarle: “No temas…” “Te he puesto en este día…” “No te vencerán…Yo estoy contigo”. Dios intervino sobre sus emociones y su estado de ánimo. Hizo que Jeremías creciera en confianza, y a medida de su crecimiento y de su caminar los obstáculos se disolverían. Al igual que Jeremiás Dios está contigo como poderoso gigante.

Puedes ver que el éxito de Jeremías no dependía de circunstancias externas, vino de adentro, de su ser interno, lo que significa que cualquiera puede tenerlo.  El éxito en tu matrimonio, en tus negocios, en tu ministerio, en tu vida viene de adentro, no es de las cosas que hagas. Es de lo que tú eres. Tú tienes ADN y sangre de un ganador. ¿Qué necesitas para descubrirlo? ¿Cómo te puedo ayudar? Hoy es el mejor día para salir a ganar.

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