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Cepal advierte retos estructurales en la educación dominicana y urge ampliar la cobertura y la calidad

La República Dominicana enfrenta retos estructurales persistentes en su sistema educativo que amenazan la sostenibilidad del crecimiento económico y la inserción competitiva de su población en un mercado laboral cada vez más exigente. Así lo advierten recientes análisis de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que coinciden en señalar la educación como un eje crítico para el desarrollo nacional.

De acuerdo con un informe de la Cepal, el país registra avances en cobertura educativa, pero estos resultan insuficientes frente a las brechas existentes en la primera infancia y, especialmente, en la culminación de la educación secundaria. La deserción escolar, la desigualdad territorial y socioeconómica, así como la baja calidad de los aprendizajes, continúan limitando las oportunidades de miles de jóvenes dominicanos.

El organismo regional subraya que el desafío no se reduce a llevar más estudiantes a las aulas, sino a garantizar aprendizajes pertinentes y de calidad. En ese sentido, recomienda fortalecer el desarrollo de competencias cognitivas, socioemocionales y digitales, consideradas esenciales para que las nuevas generaciones puedan adaptarse a un entorno laboral marcado por la automatización, la transformación tecnológica y la informalidad.

Las alertas de la Cepal encuentran eco en el Banco Interamericano de Desarrollo. Ayer, la representante del BID en el país, Nathalie Alvarado Vega, afirmó que el fortalecimiento del capital humano constituye el primer pilar estratégico de la entidad para el período 2025-2028. Según explicó, sin una educación sólida y equitativa, resulta inviable sostener el crecimiento económico y mejorar la productividad nacional.

Los datos respaldan estas preocupaciones. A pesar de destinar el 4 % del PIB a la educación, los resultados en pruebas nacionales e internacionales continúan evidenciando rezagos significativos en lectura, matemáticas y habilidades digitales. Expertos advierten que esta brecha entre inversión y resultados apunta a fallas en la gestión, la formación docente y la articulación entre el sistema educativo y las demandas del mercado laboral.

Tanto la Cepal como el BID coinciden en que las reformas deben ser integrales y sostenidas en el tiempo. Entre las prioridades figuran la ampliación de la educación inicial, políticas efectivas para retener a los estudiantes en el nivel secundario, la modernización curricular y el fortalecimiento de la formación técnico-profesional.

En un contexto regional marcado por la desaceleración económica y la creciente incertidumbre global, los organismos internacionales advierten que la República Dominicana se encuentra ante una disyuntiva clave: transformar su sistema educativo para convertirlo en motor de inclusión y productividad, o arriesgarse a profundizar las brechas sociales y limitar su potencial de desarrollo a largo plazo.

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