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Cómo la boda de Jeff Bezos ha “invadido” Venecia

enecia, la ciudad de los canales, se ha transformado esta semana en un escenario de lujo sin precedentes: Jeff Bezos, fundador de Amazon y uno de los hombres más ricos del mundo, ha elegido este rincón romántico del Adriático para celebrar su boda con la periodista y filántropa Lauren Sánchez. Construida sobre 118 islas, conectadas por puentes y canales que hacen las veces de carreteras, Venezia es una ciudad sin coches, un auténtico museo al aire libre; más allá del romance, la ciudad se ha convertido en un evento que mezcla espectáculo, poder, economía y también protesta.

Durante tres días, del 24 al 26 de junio de 2025, los canales de la Serenísima no será testigos de góndolas para enamorados, sino un lugar que será transformado para las necesidades de uno de los hombres más ricos del mundo.

El presupuesto estimado para el evento ronda los 10 a 11 millones de dólares, según fuentes cercanas a la organización. Bezos ha reservado al menos cinco hoteles de lujo, incluyendo joyas como el Gritti Palace y el Cipriani, ha gestionado el amarre de su yate Koru, valorado en 500 millones, y ha coordinado traslados privados en water taxis exclusivos, limitando el servicio regular para otros visitantes.

En una ciudad que ya sufre por la presión del turismo de masas, la llegada del magnate ha tensado tanto los muelles como las emociones. Algunos lo celebran como una inyección de oro puro al comercio local. Otros lo ven como la personificación de una ciudad “en alquiler”.

Una celebración privada, con impacto público

Aunque el número de invitados se ha mantenido bajo estricta reserva, se estima que entre 200 y 250 personas han sido convocadas. Figuras de la tecnología, la política y el entretenimiento se han desplazado a la ciudad para unirse a la celebración, que incluye fiestas temáticas, cenas con chefs de estrellas Michelin y probablemente actuaciones en vivo aún no confirmadas.

El alcalde Luigi Brugnaro ha declarado que el evento generará “millones de euros” para la economía local. Y es probable que así sea: la boda ha elevado los precios en restaurantes, hoteles y servicios logísticos, a niveles inéditos incluso para estándares venecianos.

Protestas en San Marcos: “si puedes alquilar Venecia, puedes pagar más impuestos”

Pero no todo ha sido glamour. Grupos ambientalistas y sociales han organizado manifestaciones con pancartas como “No Space for Bezos” y “Venecia no está en venta”. La presencia del yate Koru ha sido especialmente simbólica: para algunos, una oda al poder privado que flota sobre un patrimonio colectivo. Un grupo de activistas exhibió una mega lona con la inscripción: «If you can rent Venice for your wedding, you can pay more tax”.

greenpeace

Las protestas también recuerdan las tensiones globales sobre la evasión fiscal, el impacto de Amazon en pequeñas empresas y las contradicciones de magnates que invierten en causas verdes mientras movilizan recursos inmensos para eventos personales.

Incluso se reporta que la ceremonia principal fue trasladada del histórico edificio Misericordia al Arsenale, en parte para reducir el impacto visual y social del evento tras las críticas.

¿Celebración o apropiación?

En una época donde el acceso a ciudades patrimoniales está cada vez más restringido, eventos como este abren el debate sobre quién tiene derecho a ocupar espacios públicos. ¿Es legítimo que una figura pública como Bezos transforme una ciudad entera por tres días? ¿Qué señales manda eso al resto del mundo?

Por ahora, lo cierto es que el evento ha dejado una huella: en el mármol veneciano, en los bolsillos del sector turístico… y en la conversación global sobre riqueza, responsabilidad y límites.

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