Haber superado 200 mil empleos valida la solidez del sector zonas francas”

La diversificación productiva, el empleo de mayor valor agregado, expansión territorial y nearshoring sostienen el crecimiento de ese ramo en la República Dominicana

La presidenta de la Asociación Dominicana de Zonas Francas (Adozona), Claudia Pellerano, consideró ayer que el desempeño reciente de las zonas francas confirma la consolidación de un modelo productivo que ha sabido crecer en empleo, sofisticación y presencia territorial, aun en un entorno internacional marcado por alta competencia, tensiones comerciales y cambios acelerados en las cadenas globales de suministro.

A su juicio, la evolución del sector refleja una transformación estructural que va más allá de la recuperación pospandemia y que refuerza su papel como un pilar del aparato exportador y del mercado laboral formal del país.

En una entrevista para elCaribe, indicó que este proceso se sustenta en la diversificación de actividades, la atracción de nuevas inversiones vinculadas al “nearshoring”, el fortalecimiento del capital humano y la capacidad del país para ofrecer estabilidad, previsibilidad y encadenamientos productivos, factores que han permitido elevar la calidad del empleo, ampliar la huella regional del sector y sentar las bases para un crecimiento sostenido de mayor valor agregado.

¿Qué significa para usted, para el sector y para Adozona superar los 200 mil empleos, tras haber caído por debajo de 120 mil en pandemia?
Este hito representa mucho más que una cifra, es la validación de un modelo que ha demostrado resiliencia, dinamismo y capacidad de adaptación. Superar 200 mil empleos formales, después de los efectos de la pandemia, es una muestra clara de que las zonas francas han sido y seguirán siendo uno de los motores más sólidos del desarrollo económico y social de la República Dominicana.

¿Qué explica que en cinco años se hayan sumado más de 80 mil empleos y que el sector esté presente en 28 provincias, en un contexto de alta competencia regional?
Esto responde en gran medida, al crecimiento y el proceso de diversificación que se ha venido dando en el sector zonas francas. En adición a las nuevas operaciones, se ha venido observando una expansión importante de empresas ya establecidas, acompañada de la incorporación de nuevos procesos y tecnologías, factores que han permitido elevar los niveles de productividad y añadir mayor valor a diferentes actividades productivas dentro del sector. Como resultado, las zonas francas han experimentado un dinamismo en la generación de empleos, que fortalece su presencia en distintas regiones del país y contribuye a una expansión más equilibrada y sostenible del mercado laboral.

Ustedes hablan mucho de “calidad” del empleo. ¿Qué ha cambiado para que más del 50% de los nuevos puestos sean de alto valor agregado?
Lo que ha cambiado es la naturaleza misma del sector. Hoy operan empresas en sectores como dispositivos médicos, electrónica, manufactura avanzada, servicios financieros, tecnologías digitales y más. Estas industrias requieren personal técnico, bilingüe, con competencias digitales, y por tanto ofrecen mayores oportunidades, estabilidad, desarrollo personal y profesional. Esto ha venido acompañado de un gran trabajo coordinado entre los clusters que operan en Adozona y las principales instituciones académicas y de formación técnico profesional que operan en el país. Esa es la evolución que estamos viendo y que queremos seguir profundizando.

¿Qué territorios han tenido los mayores saltos a nivel local?
Provincias como San Cristóbal, Santiago, San Pedro de Macorís, Azua, San Juan y Monseñor Nouel han registrado los mayores incrementos, principalmente debido a la mayor concentración de parques y empresas de zonas francas en estas regiones. La instalación y expansión de nuevas operaciones han generado economías de escala, encadenamientos productivos y una demanda sostenida de mano de obra, lo que ha impulsado el crecimiento, incluso en territorios que tradicionalmente no contaban con una fuerte base industrial.

¿Cuáles criterios se siguen para decidir dónde reabrir o construir nuevos parques de zonas francas?
Se evalúan diversos factores, entre ellos la ubicación estratégica, disponibilidad de infraestructura y servicios esenciales, acceso a mano de obra calificada, así como la conectividad vial y portuaria, procurando siempre que los nuevos parques puedan integrarse de manera eficiente al ecosistema productivo nacional.

¿Cómo explicar que la actividad y el sector hayan crecido incluso en años de crisis como 2020 y 2021?
Somos un sector esencial, que exporta bienes y servicios estratégicos, como insumos médicos, electrónicos, productos agroindustriales y más. En tiempos de crisis, las cadenas de suministro globales buscan estabilidad y confiabilidad. Eso lo ofrece República Dominicana.

A pesar del crecimiento absoluto, la participación de zona franca en el PIB sigue por el 3%. ¿Cómo se interpreta?
Es un comportamiento natural en economías que se diversifican y crecen. El crecimiento de las zonas francas viene acompañado a la vez de crecimiento de otros sectores importantes. Ha crecido en volumen, calidad y sofisticación. Lo que sí buscamos es seguir aportando más valor, integrando innovación, servicios, tecnología, fortaleciendo a la vez los encadenamientos productivos con diferentes sectores de la economía.

¿Qué está impulsando a nuevas empresas de India, Rusia o Turquía a invertir en suelo dominicano?
La combinación de ubicación geográfica estratégica, estabilidad jurídica y económica, talento calificado, costos competitivos y un régimen de zonas francas eficiente, es difícil de replicar en el resto de la región. Además, la cercanía con EE.UU. y el contexto global de nearshoring han puesto al país en el radar de nuevos inversionistas interesados en localizar sus operaciones en este hemisferio.

¿Cómo ha cambiado el perfil de talento que demandan las empresas?
Hoy se busca un talento más técnico, bilingüe, con habilidades digitales y capacidad de adaptación (…).